Lopetegui no tiró de imaginación para el primer partido fuera de casa de la temporada en el incómodo Montilivi y sacó la alineación esperable y con los dos finalistas del Mundial, Modric y Varane, en el banquillo. También estaba ahí Courtois, para demostrar que sí se ha fichado a alguien este año...
No hubo sorpresas en los minutos iniciales de la primera parte: El Madrid dominaba, hacía algunos centros al área desde las bandas que los defensas cortaban sin problemas o tiraba a las nubes desde lejos. Incluso marcó un gol anulado por fuera de juego. También cedía varios corners al rival o se dejaba sorprender por velocidad por la banda de Marcelo... y todo, según lo previsto, anunciaba que se adelantaría el conjunto local en la primera ocasión clara de la que dispusiera.
Eso ocurrió en el 16, justo dos minutos después de que Isco fallara una ocasión de esas que sólo se echan en cara a Benzema. Golazo por la escuadra de Borja tras un recorte en el área que dejó sentada a la defensa. Lo habitual.
El Madrid siguió jugando igual. Con ese juego que no digo que no sea efectivo, pero que no transmite nada, hasta que Asensio robó un balón y le hicieron penalti... y el árbitro lo vio, y lo pitó.
El corazón se aceleró al ver a Ramos dar esos dos pasos tan suyos y tirar flojo, por el centro y pegado al larguero. Algunos dirán que es un Panenka y que es una genialidad, pero a mí Sergio me pone de los nervios cada vez que tira un penalti.
Gol, empate, y más de lo mismo hasta el descanso.
La segunda parte fue igual, con las dos diferencias de que el penalti fue al principio, antes de que marcara el rival, y está vez lo tiró Benzema (Muy bien por cierto) para tranquilidad de todos y de que los jugadores del Madrid mostraron más fortuna ante la portería.
Con el 1-2, ya más calmados, todo salió mejor y una galopada de Bale colocaba el 1-3 en el primer gol de jugada de la noche. Casi al final, ya con Varane y Modric en el campo, Benzema remató como un delantero centro de verdad para marcar el definitivo 1-4. Era el minuto 85 y todavía dio tiempo a ver un paradón más de Keylor que impidió que los de Gerona recortaran la distancia.
En definitiva, goleó el Madrid en un partido sin alardes, aunque bien trabajado. Un partido en el que le hicieron dos penaltis, cosa que ya se había visto muchas veces, pero que el árbitro pitó, cosa que no es tan habitual. Ninguno fue discutido por los locales.
Tres puntos y a pensar en otra cosa. ¿quizás en ampliar un poco la plantilla en los cuatro días que quedan de mercado?
Apuesto a que no. La temporada se le va a hacer larga a algunos jugadores. Veremos.
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