Courtois es del Madrid. Lo es, en el sentido profesional del término, porque ha fichado por ese equipo. Y se especula sobre si lo es, en el sentido emocional, porque se ha besado el escudo en su presentación no menos de cuatro veces, y porque aparentemente tenía una bandera del Real Madrid en su habitación cuando era pequeño. Y con esta especulación ha empezado el debate sobre si es o no es, y sobre si los aficionados quieren que sea, o que no sea.
Courtois tiene pasado Atlético, y en ese pasado aparecen por ejemplo, como fantasmas, canciones antimadridistas durante una celebración. Los que tienen en mente la bandera de la habitación, o los besos al escudo, se lo perdonan, y casi, casi se lo justifican con el calentón del momento y la euforia de la victoria. Los que no creen en banderas ni besos, le achacan una profunda hipocresía y un cierto punto de cinismo.
Al final, el bueno de Courtois es un profesional que vive de jugar al fútbol en el equipo que mejores condiciones le dé, y a juzgar por las declaraciones del propio portero belga, una de las condiciones que él mismo deseaba para su futuro era jugar en la ciudad de Madrid. Eso reducía las posibilidades a Real Madrid y Atlético de Madrid, puesto que otros equipos de la Capital y aledaños no tienen suficiente dinero para pagarle, y no le pueden ofrecer la posibilidad de jugar en Champions, por ejemplo. Y entre jugar en el Atlético o en el Madrid, supongo que se habrá decidido, no por su afición de cuando era niño, sino porque el Madrid le ha llamado, y el Atlético no. Y si no, se habría quedado en Londres o se hubiera ido a cualquier otro lugar que le pareciera conveniente. Porque para eso es un profesional, y la afición es un tema secundario.
Así, no mentiré si digo que Courtois, hoy, es del Madrid. Y como yo soy del Madrid, por transitividad, hoy soy de Courtois. Como lo soy de Keylor, y de cualquier jugador que sea del Madrid o que haya dejado de serlo sin quererlo él. Y por lo mismo, ya no soy de los que se han ido por voluntad propia, por mucha Historia que hicieran. Ellos, que pongan la profesionalidad y el buen juego, que el amor a los colores ya lo ponemos los madridistas.
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