viernes, 10 de agosto de 2018

Courtois es del Madrid. ¿A quién le importa si es del Madrid?

Courtois es del Madrid. Lo es, en el sentido profesional del término, porque ha fichado por ese equipo. Y se especula sobre si lo es, en el sentido emocional, porque se ha besado el escudo en su presentación no menos de cuatro veces, y porque aparentemente tenía una bandera del Real Madrid en su habitación cuando era pequeño. Y con esta especulación ha empezado el debate sobre si es o no es, y sobre si los aficionados quieren que sea, o que no sea.

Courtois tiene pasado Atlético, y en ese pasado aparecen por ejemplo, como fantasmas, canciones antimadridistas durante una celebración. Los que tienen en mente la bandera de la habitación, o los besos al escudo, se lo perdonan, y casi, casi se lo justifican con el calentón del momento y la euforia de la victoria. Los que no creen en banderas ni besos, le achacan una profunda hipocresía y un cierto punto de cinismo.

Al final, el bueno de Courtois es un profesional que vive de jugar al fútbol en el equipo que mejores condiciones le dé, y a juzgar por las declaraciones del propio portero belga, una de las condiciones que él mismo deseaba para su futuro era jugar en la ciudad de Madrid. Eso reducía las posibilidades a Real Madrid y Atlético de Madrid, puesto que otros equipos de la Capital y aledaños no tienen suficiente dinero para pagarle, y no le pueden ofrecer la posibilidad de jugar en Champions, por ejemplo. Y entre jugar en el Atlético o en el Madrid, supongo que se habrá decidido, no por su afición de cuando era niño, sino porque el Madrid le ha llamado, y el Atlético no. Y si no, se habría quedado en Londres o se hubiera ido a cualquier otro lugar que le pareciera conveniente. Porque para eso es un profesional, y la afición es un tema secundario.

Así, no mentiré si digo que Courtois, hoy, es del Madrid. Y como yo soy del Madrid, por transitividad, hoy soy de Courtois. Como lo soy de Keylor, y de cualquier jugador que sea del Madrid o que haya dejado de serlo sin quererlo él. Y por lo mismo, ya no soy de los que se han ido por voluntad propia, por mucha Historia que hicieran. Ellos, que pongan la profesionalidad y el buen juego, que el amor a los colores ya lo ponemos los madridistas.

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