domingo, 16 de diciembre de 2018

Tarde de gatos en el Bernabéu

En el año 1085, las tropas de Alfonso VI de Castilla rodearon la muralla de Magerit, con ánimo de conquistarla. Un soldado se adelantó a los demás, y escaló la alta muralla con ayuda de una daga que iba hincando en las juntas de las piedras. Tanta habilidad y rapidez demostró que el rey Alfonso VI comentó para que todos lo oyeran "parece un gato". El soldado consiguió sobrepasar la muralla, cambió la bandera mora por la cristiana, y eso fue la señal para que las huestes del rey castellano comenzaran la batalla y reconquistaran la ciudad. Desde entonces, a los nacidos en Madrid se les denomina en ocasiones "gatos".

Algunos siglos más tarde, en 1597, Shakespeare escribió su tragedia de Romeo y Julieta. En ella, Mercutio, el mejor amigo de Romeo dio el sobrenombre de "príncipe de los gatos" a Teobaldo, primo de Julieta. Era Teobaldo un hábil espadachín, que acabó matando a Mercutio, que le había puesto tan gatuno sobrenombre.
 
Por último, hace ocho años y algunos días, el 11 de Diciembre de 2010, cuando el Madrid perdió a Higuaín y se quedó con Benzema como único atacante, nuestro entonces entrenador José Mourinho comentó que "si no tienes perro que te acompañe a cazar, pero tienes un gato, tendrás que salir con él". El perro era el argentino y el gato era Benzema, obviamente. Tras el revuelo que se montó por la frasecita, y el cabreo que se agarró Karim, a este último le quedó el sobrenombre de "gato".



Ayer en el Bernabéu jugaron el Madrid y el Rayo Vallecano. Dos equipos de la ciudad de Madrid, y por tanto, "gatos". En el minuto 12, "el gato" Benzema marcó el único gol del partido y hacia el final, Courtois, que se llama Thibaut (Para los que no lo sepan, Thibaut es como se dice en francés Teobaldo, como el "príncipe de los gatos" de Romeo y Julieta), salvó el resultado en el 93 con dos paradas de reflejos felinos que a mí me recordaron a las que Casillas hizo en la final de la Novena contra el Bayer Leverkusen. Hubo además un tiro al palo de Kroos y un par de remates de Asensio que no entraron, porque a Asensio últimamente no le entra nada. En definitiva, el Madrid salvó los tres puntos en un mal partido, otro más, donde los "gatos" tuvieron su presencia. El único que se desmarco de la noche felina fue el árbitro, De Burgos Bengoechea, que se pasó la tarde haciéndole perradas al Madrid.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Si no tiramos a puerta, ya se meterán los goles ellos.



Cuenta la leyenda que hace muchos años una gran Armada pretendía conquistar una importante ciudad portuaria venida a menos. El Almirante que la comandaba lo tenía todo previsto: cómo acercarse a puerto, cómo colocar los barcos de su flota tapando las entradas y salidas, cómo hacer el desembarco de la Infantería cuando fuera menester, y también, por supuesto, cómo cubrir las necesidades defensivas en caso de ser atacado. No podía perder esta batalla. Sabía que el Rey, que tiene ojos en todos los lugares del orbe conocido, estaría pendiente de sus actos, y le premiaría o castigaría según el resultado de esta contienda. Más aún, teniendo en cuenta alguna que otra derrota que le había dejado con una credibilidad muy mermada.
Comenzó la batalla. Los barcos se dispusieron según lo previsto y uno de ellos lanzó un cañonazo para calibrar las distancias, con tan buena fortuna que la piedra se coló por una de las puertas de la muralla que algún defensor inconsciente había dejado abierta por error. Esa torpeza hizo saltar el polvorín de los defensores de la ciudad por los aires y todos en los barcos se regocijaron por ello.
- ¡Esto está hecho! - gritaban unos
- ¡Esta vez la victoria es nuestra! - aullaban otros
El Almirante comenzó a saborear la victoria mientras recolocaba sus barcos. Los movía de un lado a otro para que los defensores de la ciudad pudieran verlos y palidecieran ante su poderío y majestuosidad. Y todo, sin tirar ni un solo cañonazo más. Tan alegres estaban que no vieron cómo una flotilla escapaba del férreo control que ejercían sobre el puerto y lanzaban dos y hasta tres andanadas que afortunadamente no dieron en el blanco. Definitivamente, parecía que esta vez tenían a Dios de su lado.

El Rey, que todo lo veía, recibía noticias puntuales de todo y comenzaba a impacientarse al ver que las horas iban pasando y el puerto no terminaba de caer. Preguntó, alarmado, si habría suficiente munición para acabar la batalla, pero uno de sus espías le informó de que había de sobra, pues no habían tirado más que una o dos veces. Lejos de tranquilizarse, el rey estaba a punto de perder la paciencia.
- ¿Cómo que sólo han disparado una o dos veces? ¿A qué esperan? ¡Si se hace de noche y la ciudad ha resistido, aunque sea con algunos daños, para Nosotros será una derrota! - bramaba el monarca, cada vez más fuera de sí - ¡Que alguien le diga al Almirante que ordene disparar! - se desesperaba.
Pero el tiempo pasaba, comenzaba a anochecer, y el puerto seguía resistiendo. No sólo eso, sino que se permitía el lujo, de vez en cuando, de sacar alguna embarcación ligera para disparar a la flota. La confusión reinaba en la Armada, hasta que, tarde ya, cuando casi no se veía, uno de los barcos que estaban cerca de la bocana del puerto se decidió a disparar de improviso, según pasaba. El cañonazo lanzó su mortífera carga en dirección a la muralla, atravesó la primera línea de defensa e impactó de lleno en la torre del castillo, reduciéndola a un estado de gravilla. Al ver el destrozo, los defensores se rindieron por fin, y el Almirante pudo entrar en la ciudad triunfante. El Rey se enteró, por supuesto. Estaba satisfecho, pero no estaba contento, ni mucho menos, con el Almirante y su desesperante ausencia de valor para disparar. Hablaría con él. Sin duda, pero eso sería otro día. Siempre era otro día.

Y eso cuenta la leyenda.
La realidad es que ayer, contra el Valencia, si no es por un autogol de Wass y por un gol de Lucas Vázquez al final del partido en uno de los poquísimos tiros a puerta, nos vuelven a dar un disgusto. Menos mal que ganamos, y de lo de tirar a puerta hablaremos otro día. Siempre es otro día...

miércoles, 28 de noviembre de 2018

45 minutos en Roma

Ayer el Madrid estaba citado para jugar un partido de Champions a las 20:55. Después de no comparecer ante el Eibar unos días antes, había curiosidad en el ambiente por saber si esta ve sí acudiría. Le esperaba su anfitriona, la Roma, en un Stadio Olímpico engalanado para la ocasión, y lleno hasta la bandera.
Llegó la hora convenida. Sonaron los acordes del Himno de la Champions, se sortearon los campos el árbitro pitó el inicio del partido. El Madrid no estaba. Se le esperaba, pero no estaba. Muchos nos temimos otra "espantá" como la de Eibar, con el atenuante de que un par de horas antes el Viktoria Plzen había derrotado al CSKA en Moscú, y le había regalado la clasificación a octavos a nuestro equipo. "Al menos, pensamos algunos, si hoy tampoco jugamos, nos clasificaremos al menos como segundos de grupo".
Seguían pasando los minutos, y los de blanco no estaban. Los jugadores de la Roma intentaban meter goles, aprovechando que el partido había comenzado, no había rivales sobre el terreno de juego, y tenían amplios espacios para correr, acercarse a la portería del inexistente equipo contrario y tirar a puerta. Pero no lo conseguían. Algún tipo de maldición desviaba la pelota en el último momento, o la hacía botar de forma incomprensible antes del tiro, o qué sé yo. El caso es que no hubo manera, y los romanos se quedaron con las ganas de meter un gol. Ayer, ni Julio Cesar y su XIII Legión lo hubieran conseguido ante su espectral oponente.

Y llegamos al descanso.

Cuando iba a comenzar la segunda parte nadie parecía haber visto al Madrid por las cercanías del estadio. Se masticaba la tragedia a nada que la Roma tuviera un poco más de puntería. Y entonces, un defensa romanista cedió la pelota a su portero y para sorpresa de todos, allí, entre medias, apareció Bale. Nadie le había visto llegar. Nadie le había oído, pero el caso es que estaba allí. Cogió la pelota, marcó un gol y de repente todo el mundo abrió los ojos. ¡El Madrid había decidido presentarse al partido!
Y como estaban descansados, tras más de tres semanas sin jugar de verdad al fútbol, parecía que corrían y que sacaban la pelota con cierto criterio. De repente la Roma se encontró a un rival de verdad enfrente y no supo reaccionar. Pero era real lo que veían... era "el" Real al que veían, y un Real que quería jugar (con las limitaciones de la falta de práctica, claro). Y además parecía que habían venido todos, a excepción del lateral derecho y del lateral izquierdo, que por algún oscuro motivo seguían sin aparecer.
Con 0-1 y la clasificación en el bolsillo, Benzema y Lucas Vázquez, dos de los delanteros más fallones de la actualidad, combinaron en el área pequeña para meter el segundo y finiquitar el encuentro.
Después, el Madrid deambuló un poquito más sobre el césped, esperando que el árbitro pitara el final.
Victoria, clasificación y liderato de grupo. No está mal para haber aparecido 45 minutos tarde. El Madrid rentabilizó los pocos minutos que realmente "jugó".

¿Flor de Solari?

domingo, 25 de noviembre de 2018

No es la derrota, es la poca vergüenza.

Ayer mismo me comentaba mi buen amigo Carlos, argentino él, que en los últimos días, desde que su paisano Solari se había hecho cargo del equipo, el Madrid no perdía y no encajaba goles. No pude menos que hacerle ver que en esos mismos últimos días tampoco habíamos ganado a nadie, dado que con el parón de selecciones no habíamos jugado en dos semanas. Por supuesto, me acusó de ver la botella medio vacía y yo me defendí alegando que no es que fuera pesimista,  sino realista bien informado. Ahí quedó la cosa.
Hoy hemos jugado contra el Eibar. O mejor dicho,  deberíamos haber jugado. La realidad es que desde el minuto 3 en el que el Eibar estrelló el balón en el palo, hasta el 93 en el que el árbitro dio por finalizado el encuentro, el Madrid no compareció. Bastante pocos goles nos metieron. Sólo tres.
Ahora que se me ha pasado un poco el enfado, recuerdo un sólo tiro a portería: el de Bale de falta directa que Riesgo desvió pegado a la cepa de su poste derecho.  Eso fue todo; no hubo más Madrid. Si no tiras a puerta es muy difícil marcar goles. El Eibar en cambio hizo lo que le dio la gana. Metió tres, pero pudieron ser más si el palo primero y Courtois después por dos veces no lo hubieran impedido.
Parecía que con Solari cambiaban las cosas. No había perdido ningún partido y se marcaban goles. Creíamos que íbamos por el buen camino, pero no. Hoy hemos vuelto a las andadas. Por un lado, se ve que como Solari ya ha firmado como entrenador para el resto de la temporada, los jugadores ya no tienen miedo de que venga Conte, y por lo tanto, ya no hace falta que se esfuercen. La defensa sigue siendo un chiste malo. Por otro, Solari vuelve a cometer los pecados habituales: nos meten el segundo, y tarda aún 15 minutos en hacer cambios. Los resultados, a la vista están. Si haces siempre lo mismo, espera conseguir siempre resultados similares.  Está todo inventado.
La temporada se nos va a hacer muy larga...
Y no. No es pesimismo. Sólo hay que ver los partidos.

lunes, 5 de noviembre de 2018

¿Ultimátum de Solari?

Desde tiempos inmemoriales se sabe que si haces siempre lo mismo obtienes siempre el mismo resultado. Solari, nuestro ¿flamante? nuevo entrenador sacó frente al Valladolid a los mismos jugadores que sacaba el cesado Lopetegui, excepción hecha de Reguilón que entró por necesidades del guión para cubrir la baja por lesión de Marcelo, por lo que era verosímil que el resultado fuera parecido al habitual en los últimos tiempos: un desastre.
Ante este panorama, algunos espectadores, pocos, comenzaron a pitar al equipo en general, y a algunos jugadores en particular ya desde el inicio. En especial a Sergio Ramos. Hasta la "grada de animación", tan vestidos de blanco y educados ellos, como siempre, interrumpieron su banda sonora habitual durante algunos minutos y sacaron una gran pancarta en la que se podía leer "Por este escudo hay que morir en las gradas y en el campo", con la palabra "campo" escrita en otro color, para que se vea. 

El público parece que ha comenzado a hablar, y a culpar de la mala marcha del equipo a los jugadores. Se veía venir, aunque parece que Solari no se dio cuenta antes del partido.
Pasó lo que tenía que pasar.  El Madrid no jugaba a nada y sobaba el balón sin peligro. Afortunadamente el Valladolid tampoco parecía que quisiera ganar y eso unido al larguero que esta vez se alió con los nuestros evitó que los pucelanos se pusieran cómodamente por delante. Ante tanta inoperancia el público comenzó a pitar al equipo más si cabe, con una intensidad que yo no recordaba desde hace mucho tiempo.
Y Solari despertó, o eso parecía y comenzó a hacer cambios: se fue Casemiro (pitos) y entró Isco. Ningún resultado práctico. Se fue Bale (muchos pitos) y entró Lucas Vázquez. De nuevo nada. Y por fin, en el 70, se fue Asensio (enorme pitada) y entró Vinicius el deseado. Y se vio algo de luz. Se ve que al brasileño no le han explicado lo del sobeteo del balón, o si se lo han explicado, no ha hecho ni caso, afortunadamente. El caso es que el balón comenzó a correr más que los jugadores y el juego comenzó a fluir por las bandas, especialmente por la izquierda.
Hubo todavía que esperar al minuto 83 para abrir la lata, precisamente en un centro de Vinicius que rebotó en un jugador rival y se metió. Gol que por megafonía asignaron a Vinicius, más que nada por las gamas que tenían todos de que marcara él, aunque oficialmente haya sido gol en propia puerta del defensa. Da igual. Y después delgol, quedó tiempo para que Vil Manzano señalara un penalti a favor (¡noticia!) que Sergio Ramos se empeñó en tirar. Fue pitado por parte del público, pero como lo metió los pitos se volvieron palmas.
Al final victoria a pesar de la alineación inicial y de la incomprensible espera de 70 minutos para que Solari hiciera algo nuevo que diera mínimas posibilidades de  obtener un resultado diferente al de los últimos tiempos.
Quiero pensar que Solari sacó a los mismos jugadores de siempre para darles la última opción de demostrar que ellos no eran culpables de la crisis de resultados. Quiero creer que, en vista de los primeros 70 minutos, ya no habrá más opciones y que cambiará algo en los próximos partidos.
Ahora vienen cuatro partidos seguidos fuera de casa. ¿cambiará Solari algo o será otra marioneta de las vedettes del banquillo?
Veremos.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Lo lógico y lo normal.

Dice el Diccionario de la Real Academia que "lógico", dicho de un suceso, es que tiene antecedentes que lo justifican.

Meterle cuatro goles a un equipo de Segunda B no tiene mérito. Es "lo lógico". No hay más que ver y comparar las categorías en las que militan cada uno de estos dos clubes y ver y comparar la categoría de los jugadores de las dos plantillas. Pero también habría sido "lo lógico", por esos mismos motivos, que el Madrid hubiera ganado al Levante en casa, al CSKA en Moscú y que a estas alturas de la Liga llevara más goles a favor que en contra. De hecho, lo único "lógico" en estos dos meses ha sido la victoria contra el Viktoria, valga la redundancia, aunque fuera de aquella manera.

No obstante, con los resultados de los dos últimos meses alejados de la lógica, lo que ha sido indiscutiblemente lógico ha sido la destitución de Lopetegui. Veamos: derrotas en Liga y en Champions ante rivales a los que habría que haber ganado. Derrotas por goleada en Liga frente rivales fuertes ante los que habría que haber puesto un poco más de... esfuerzo. Juego aburrido en general con exceso de toque horizontal y una alarmante falta de gol. La presencia continuada, casi obsesiva, en el equipo titular de muchos jugadores que ofrecen un pobre rendimiento. La ausencia, partido tras partido, de esos otros jugadores a los que se había fichado, no sabemos muy bien por qué, puesto que estaban en la grada o se quedaban en el banquillo. El aparente mal estado físico de la plantilla, con lesiones constantes... Con todo lo anterior, sólo quedaban dos soluciones. Echar a media plantilla, o echar al entrenador. Y "lo lógico", esta vez, era echar al entrenador.

Ahora tenemos a un entrenador nuevo, y "lo lógico", si no quiere que le pase lo mismo que a su antecesor en el cargo, es que haga cambios en todas aquellas cosas que justificaron el despido de este último. Así, "lo lógico" es que Solari promueva que los jugadores se esfuercen más, que jueguen más vertical y fluido, que cambie a algunos titulares, que dé minutos a los actuales suplentes y que cambie las instrucciones de los preparadores físicos.

A ver si el nuevo entrenador, que ha venido porque no hay otro mejor disponible, no nos olvidemos, hace lo que lógicamente tiene que hacer, de forma que cambie la lógica y volvamos a la normalidad. Porque el Diccionario también dice que "normal" dicho de una cosa, es que la misma, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano. No hay más que ver los últimos años. Lo lógico es que el Madrid no gane la Champions, pero lo normal, últimamente, es ganarla.

jueves, 25 de octubre de 2018

Mal juego, pitos y victoria.

Se podrá acusar de todo al público del Bernabéu tras el partido contra el Viktoria Plzen excepto de "resultadista": El Madrid ganó, pero al final del partido se llevó una pitada como hacía mucho tiempo que no se escuchaba. Y todo por cometer los mismos errores que se vienen cometiendo desde hace tiempo, con la excepción de que el gol de regalo al contrario esta vez no fue en los primeros minutos, sino en el 78.

El partido comenzaba de forma diferente a los últimos, porque aunque en el minuto 4 ya habíamos mandado un balón al palo (cuatro en dos partidos) y a los diez minutos todavía no nos habían metido ningún gol, ni habían tirado a puerta. Llegué incluso a pensar que el mal fario defensivo esta vez no iba a hacerse presente. Incluso, un minuto después, Navas desbarataba lo que podía haber sido el 0-1 tras una internada por banda derecha que ningún defensa fue capaz de parar y justo después Benzema (sí, él) remataba de cabeza el primer gol. Casi casi como si fuera un delantero centro. Con emoción se percibía en la grada, particularmente en este séptimo anfiteatro, que la suerte estaba cambiando y que por fin el Madrid iba a obsequiar a su público con una victoria holgada sobre un rival que estaba dos escalones por debajo en cuanto a juego.

Desgraciadamente, esa emoción era infundada, y a partir del gol el partido se convirtió en un aburridísimo monólogo del Madrid, que la tocaba sin profundidad, centraba desde la banda, recuperaba el rechace de la defensa, y volvía a empezar hasta que el rival montaba un contraataque y a la defensa se le veían las costuras. Así, toda la primera parte. Un rollo terrible interrumpido únicamente por un par de fallos clamorosos de Benzema e Isco que decidieron tirar mal antes que pasar a un compañero mejor situado. Lo normal.

En el descanso, Lopetegui no se atrevió a cambiar nada ni a nadie, y lógicamente, nada cambió. Todo siguió exactamente igual de aburrido hasta el minuto 54 en que por fin Isco abandonó el campo y entró Fede Valverde. Casualidad o no, inmediatamente después del cambio, Marcelo marcó el 2-0, el jeugo empezó a fluir, y se tuvieron algunas oportunidades que no cuajaron. El resultado y el juego invitaban a la tranquilidad. Tanto, que los nuestros se tranquilizaron como suelen, y dejaron de incomodar a los jugadores rivales. Así, con esas facilidades, se pudo ver cómo un jugador contrario cogía la pelota, avanzaba desde el medio del campo sin que nadie se opusiera, entraba en el área y batía por bajo a Navas. Minuto 78, y a sufrir otra vez. La pitada a la desidia defensiva fue importante. Menos mal que a nuestros jugadores eso no les afectó, y pudieron seguir sesteando un rato más mientras el rival achuchaba, aunque tampoco demasiado.

Y entonces, en el 87, a Marcelo le hacen una falta y éste se revuelca por el suelo. Le atienden los fisios, se levanta para sacar de banda, el árbitro le para para que Lopetegui pueda cambiar a Benzema por Mariano, saca de banda, y se tira al suelo lesionado. El árbitro para el juego, entran las asistencias y Marcelo se retira cojeando visiblemente. Como se acababa de hacer el tercer cambio unos instantes antes, el Madrid termina jugando con diez ante el estupor del público que no entendió por qué Marcelo no había pedido el cambio quince segundos antes, para no perjudicar al equipo. Menos mal que no nos empataron.

Al final, mientras sonaba por megafonía a todo volumen el himno del Madrid, el público pitó a los jugadores. Por la desidia defensiva, por la falta de remate a puerta, por el aburrimiento del juego, por la inexplicable actitud de Marcelo y porque no se entiende que estos jugadores le pongan a veces tan poquito interés a lo que hacen.

Y eso, a pesar de haber ganado, que si no...

miércoles, 3 de octubre de 2018

Tan malos que juegan solos... y pierden.

Otra vez el Madrid regaló, o se dejó meter, que lo mismo da, un gol en el primer minuto de partido. Otra vez Kroos falló pases que nunca se fallan. Otra vez tocamos y tocamos y tocamos. Otra vez pasamos atrás en lugar de tirar a puerta. Otra vez tiro al palo. Otra vez Benzema no estaba, o peor aún, estaba como si no estuviera. Otra vez los centros que se pasan o no llegan, y que la mayoría de las veces corta la defensa. Otra vez el portero te saca la única que tienes. Otra vez los tiros a las nubes. Otra vez tiro al palo. Otra vez la posesión inútil, el manoseo sin rumbo del balón. Otra vez once defensas mirando, de la misma manera que la vaca mira al tren, cómo los de blanco se pasan el balón en horizontal de un lado al otro, y al otro, y al otro, y al otro. Otra vez Keylor teniendo que parar el único tiro que nos hacen, aparte del gol. Otra vez tiro al palo. Otra vez los últimos pases al hueco tapado por el defensa. Otra vez las carreras del final cuando ves que se te acaba el partido. Otra vez perdiendo un partido que deberíamos haber ganado.

No sé si habrá sido el peor partido del Madrid esta temporada, porque no vi el que perdimos en Sevilla pero desde luego sí ha sido mucho peor que el del sábado pasado ante el Atlético, que ya fue malo. Salimos empanados y regalamos el primer gol. Suele pasar a menudo. Los rusos aprovecharon para aparcar dos líneas de cinco delante de su portería, y ahí se acabaron las ideas. De derecha a izquierda, y luego a la derecha, y luego a la izquierda, ad infinitum. Centro al área, despeje de la defensa sin salida al contraataque, recuperación de balón y de derecha a izquierda, y luego a la derecha, y luego a la izquierda, otra vez. Ocasionalmente un tiro que podíamos recoger aquí, en el Séptimo Anfiteatro, y si no, al palo. ¡Al palo!. ¡Al palo!. ¡Tres palos, por dios! A ver a quién le dices que de las cuatro veces (sólo 4) que tus tiros han ido a puerta en 90 minutos y descuento, una te la ha parado el portero y tres (¡tres!) han ido al palo.

En fin, derrota por la mínima. Mucho premio para el antifútbol ruso, pero premio válido al fin y al cabo. Quizás hasta merecido, porque ellos jugaron a lo que quisieron, que fue a destruir, a defender sin atacar, a no querer ganar, a aprovechar el error del contrario, y les salió bien. Y nosotros jugamos  a alcanzar porcentajes de ridícula posesión, a intentar marcar tirando a puerta lo mínimo y a algo más que ahora mismo no sé lo que es. Y nos salió mal. Ayer el balón lo tuvo sólo un equipo. Sólo jugó un equipo. Y era tan malo que perdió.

lunes, 1 de octubre de 2018

Derbi irrelevante en la séptima jornada

Empate con el Atlético. Otro año sin ganarles en casa en Liga, en un partido que sólo tuvo algo, poco, de emoción por ser el rival el que era. Porque juego no se vio mucho. En el Madrid aportaron lo mismo Marcelo e Isco, ausentes por lesión, que Benzema y Bale que según cantaron en la alineación inicial sí jugaron.
Y el caso es que al inicio se podía pensar que después del desastroso primer tiempo en Sevilla hace unos días nuestros queridos jugadores saldrían a morder ante un rival que les debería motivar, puesto que ha sido dos veces finalista de la Champions, no hace mucho, y que además nos odia.
Pero no. Tampoco tocaba. Como no era Champions, pues parece que no merecía la pena correr.

Alguno se salvó, cierto es. Courtois paró dos mano-a-mano que parecía que nos mataban, Ceballos, cuando salió, hizo cosas buenas oxigenando un poco el juego, y Vinicius, ese jugador de nuestro filial de Segunda B que dicen que tiene buenas maneras, consiguió en dos minutos que le dieran cuatro patadas que el árbitro no tuvo más remedio, muy a su pesar, que castigar con tarjeta. Si Lopetegui saca al chico antes del minuto 88, igual consigue que el rojiblanco árbitro de ayer expulse a algún defensa "intenso". Claro que también, con el árbitro que había, igual al chico le desgraciaban la pierna "pá siempre" ante la atenta mirada del del pito, que habría dicho aquello de "sigan, sigan".

Hoy, dos días después del empate a nada en el Bernabéu todavía duelen las patadas de los jugadores del Atlético, por supuesto sin tarjeta. Oigo además que el equipo de las rayas blancas sobre fondo rojo se queja de un posible penalti por mano de Casemiro tras rebotarle el balón en el la pierna. Se ve que no conocen el reglamento, ni les importa. Son el equipo del pueblo y con eso basta.

Poco más que decir de otro partido irrelevante más en el que queda de manifiesto lo que al Madrid le interesa la Liga este año (¿y van?). A ver si con un poco de suerte el equipo adorado del régimen, ese que viste de rojo y azul sigue dejándose puntos y así, si nos eliminan de la Champions, podemos dedicarnos a la Liga con un poco de dignidad.



jueves, 20 de septiembre de 2018

Estreno con golazos (y paradones) en la Liga de Campeones

Sin querer me ha salido el título con rima aunque eso es exactamente lo que se vio ayer en el Bernabéu en nuestro estreno en la Liga de Campeones.  Había ganas de ver si el vigente campeón daba señales de que siguiera teniendo hambre de Champions, y a juzgar por el partido de ayer, parece que sí.

La primera parte fue enteramente del Madrid, que no dio opciones a su rival y ya en el minuto 2 Bale estuvo a punto de abrir la lata con un disparo que se fue fuera por poco. Se dominaba, pero el gol no llegaba, unas veces por acierto del portero contrario y otras por fallo de los delanteros.
El caso es que hacia el minuto 17 la sensación era de que ya iba siendo hora de meter un gol, no fuera que luego lo echáramos de menos, que nos conocemos todos, y el que perdona a un equipo italiano al final se puede encontrar con un disgusto. Ocasiones había, y el único equipo que jugaba a algo era el Madrid, pero el marcador continuaba con empate a cero.
Y cuando todo indicaba que habría que decidirlo todo en el segundo tiempo, De Rossi agarró alevosamente a Isco en el borde del área, y el propio Isco se encargó de colocar el balón en la escuadra derecha ante la atenta mirada del portero Olsen, que ni se movió. Golazo "psicológico" al filo del descanso, y victoria momentánea merecida, aunque escasa.

La segunda parte fue, en mi opinión mucho más entretenida. Los dos equipos tuvieron ocasiones, y los dos porteros tuvieron oportunidad de lucirse: se pudo ver a un Keylor excelso sacando todo lo que le llegó, que fueron al menos cuatro ocasiones claras, y a un Olsen, sin duda el mejor de su equipo, que evitó también por tres veces que el resultado fuera un escándalo.
Por otro lado, también vimos otros dos golazos. Uno de Bale en carrera tras un contraataque de los que hay que poner a los niños de las escuelas de fútbol y otro de Mariano, que entró sustituyendo precisamente a Bale, que ajustó una rosca de bellísima factura a la escuadra para cerrar el marcador, y el partido.

Finalmente, tres goles (tres golazos), y una decena de paradones entre los dos porteros, para certificar la primera victoria de este año en Champions.
El Campeón ha vuelto.

domingo, 16 de septiembre de 2018

Sergio Ramos no tuvo la culpa del empate a uno en San Mamés.

A veces me desespera Sergio Ramos. Y cuando el Madrid no gana, aunque no sea estrictamente por su culpa, esa desesperación se convierte en un cabreo monumental.

Hoy ha sido una de esas tardes en las que el Faraón futbolístico de Camas ha aireado parte de su repertorio de cosas exasperantemente raras: Ha perdido al menos un balón en defensa que casi (esta vez sólo "casi") nos cuesta un gol; ha subido al ataque sin venir demasiado a cuento varias veces, y no contento con ello, al menos una vez se ha quedado arriba en fuera de juego para estropear la jugada; también se le ha visto estorbar a un compañero para sacar el balón, a riesgo de perderlo... en fin, casi todo. Ha faltado el penalti tonto en contra, pero tampoco era necesario.

Y si no hemos ganado en Bilbao, no ha sido por culpa de Ramos. Quede claro. Porque hoy el Madrid no ha jugado "mal". De hecho, ha jugado mejor que el rival, y habría podido marcar algún gol más. Desgraciadamente para nuestros intereses, el portero local estuvo inspirado en tres acciones en las que el gol parecía clarísimo, y engrosará la lista de "internacionales-cuando-juegan-contra-el-Real-Madrid". Esas cosas pasan y no hay demasiado que hacer. También podríamos haber ganado si hubiéramos tirado más a puerta en la primera parte o si Bale hubiera estado presente en el campo no sólo en cuerpo, sino también en alma, y si no nos hubieran marcado (otra vez) en una jugada en la que a nuestra defensa se le colaron dos rojiblancos hasta la mismísima línea de gol. Pero no fue, y no ganamos.

Toca pensar en la Champions, que empieza el miércoles. Es más, sospecho que hoy algunos pensaban en la Roma más que en los de Bilbao, y más en los partidos de selecciones de la semana pasada que en el partido de hoy.

Ah, se me olvidaba... nuestro gol lo marcó Isco, culminando de un cabezazo propio del mejor delantero centro una jugada con dos pases espectaculares, de Kroos y Bale (lo único reseñable del galés en todo el partido).

Empate al final y dos puntos perdidos en el primer partido de Liga contra un rival de entidad. Y no fue culpa de Ramos.

jueves, 13 de septiembre de 2018

El Madrid gana a Croacia 6-0 en Elche

No esperaba nada de la Selección. Desde hace bastante tiempo andaba yo desconectado de España, y de hecho ayer por la mañana ni siquiera sabía que jugaba contra Croacia.Y todo, a pesar de la reciente victoria en Wembley contra Inglaterra. Tampoco el invento este de la "Liga de Naciones de la UEFA" me llamaba mucho, así que cuando empezó el partido yo seguí haciendo cosas con la tele puesta, pero sin preocuparme demasiado del fútbol.Gracias a mi poco interés inicial, prácticamente no vi nada de los primeros 15 minutos en los que Croacia nos dominó y dispuso de dos o tres ocasiones claras de gol que, afortunadamente, no entraron. Luego, me senté a ver el partido tranquilamente uno o dos minutos antes del gol de Saúl que abría la lata y partir de ahí, he de decir que me fui enganchando hasta el final.
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con un partido de la Selección. Tal vez, porque hacía mucho tiempo que España no jugaba un fútbol alegre, rápido, vertical y directo.
Daba gusto ver cómo nuestros laterales entraban por las bandas. Era una delicia ver a Ceballos e Isco mover la pelota (sí, ¡moverla!) sin sobeteos innecesarios. Una maravilla ver la presión cuando se perdía la pelota. Y espectacular ver que nuestros jugadores saben tirar a puerta. Sí... tiraron a puerta no una, sino muchas veces, sin intentar llegar a la portería con el balón cosido a la bota.
Fruto de dos soberbios tiros de Asensio fueron el segundo y el tercer gol, y para demostrar que ahora también sabemos jugar rápido, una estratosférica asistencia al hueco de Asensio dejaba a Rodrigo sólo para batir al portero por cuarta vez.

Con cuatro goles de ventaja, se podría haber pensado en bajar el ritmo, pero al contrario, España siguió mostrando hambre de gol y ni siquiera el gol de Ramos, rematando un corner tras haberse quitado de encima a dos defensas con una finta espectacular, fue capaz de calmarla.
Isco marco el sexto, que al final fue el último, pero España siguió atacando, con ganas de meter más.
No pudo ser, pero este parido fue de los que cuando terminan te dejan con ganas de que no acabe, de que continúe aún unos minutillos más para ver el séptimo, y luego el octavo, y después....
En definitiva, victoria aplastante frente a la selección que hace quince días, como quien dice, se proclamó subcampeona del Mundial. Victoria que pasa a la historia, al menos en Croacia, puesto que la de ayer fue la mayor goleada que los croatas han encajado en toda su existencia.

Esperemos que España siga jugando así. Nos divertiremos mucho. ¡Ah! y con seis madridistas de titulares, que a nadie se le olvide. Ardo en deseos de ver cómo la prensa dice aquello de que España juega con el estilo del Madrid, y que las victorias de España son en realidad mérito del Madrid. Espero ansiosamente leer las crónicas en las que se reconocerán los méritos del Madrid en la victoria de nuestra Selección. Igualito que en los oscuros años del tiqui-taca, en los que, si España ganaba, es porque utilizaba el estilo del Barcelona, o porque los jugadores del Barcelona le daban ese carácter especial que sólo ellos podían tener.Quiero oír eso en la radio, quiero verlo en la tele y quiero leerlo en los periódicos. Tanto lo quiero, que he estado a punto de entrar en la web de Marca. Menos mal que me he contenido a tiempo.

Ayer me gustó nuestra Selección, y todo, por supuesto, gracias al Real Madrid, que fue el que realmente ganó a Croacia por 6-0

lunes, 27 de agosto de 2018

Dos penaltis, cuatro goles y una plantilla corta frente al Girona

Lopetegui no tiró  de imaginación  para el primer partido fuera de casa de la temporada en el incómodo Montilivi y sacó la alineación esperable y con los dos finalistas del Mundial, Modric y Varane, en el banquillo. También estaba ahí Courtois, para demostrar que sí se ha fichado a alguien este año...

No hubo sorpresas en los minutos iniciales de la primera parte: El Madrid dominaba, hacía algunos centros al área desde las bandas que los defensas cortaban sin problemas o tiraba a las nubes desde lejos. Incluso marcó un gol anulado por fuera de juego. También cedía varios corners al rival o se dejaba sorprender por velocidad por la banda de Marcelo... y todo, según lo previsto, anunciaba que se adelantaría el conjunto local en la primera ocasión clara de la que dispusiera.
Eso ocurrió en el 16, justo dos minutos después de que Isco fallara una ocasión de esas que sólo se echan en cara a Benzema. Golazo por la escuadra de Borja tras un recorte en el área que dejó sentada a la defensa. Lo habitual.
El Madrid siguió jugando igual. Con ese juego que no digo que no sea efectivo, pero que no transmite nada, hasta que Asensio robó un balón y le hicieron penalti... y el árbitro lo vio, y lo pitó.
El corazón se aceleró al ver a Ramos dar esos dos pasos tan suyos y tirar flojo, por el centro y pegado al larguero. Algunos dirán que es un Panenka y que es una genialidad, pero a mí Sergio me pone de los nervios cada vez que tira un penalti.
Gol, empate, y más de lo mismo hasta el descanso.

La segunda parte fue igual, con las dos diferencias de que el penalti fue al principio, antes de que marcara el rival, y está vez lo tiró Benzema (Muy bien por cierto) para tranquilidad de todos y de que los jugadores del Madrid mostraron más fortuna ante la portería.
Con el 1-2, ya más calmados, todo salió mejor y una galopada de Bale colocaba el 1-3 en el primer gol de jugada de la noche. Casi al final, ya con Varane y Modric en el campo, Benzema remató como un delantero centro de verdad para marcar el definitivo 1-4. Era el minuto 85 y todavía dio tiempo a ver un paradón más  de Keylor que impidió que los de Gerona recortaran la distancia.

En definitiva, goleó el Madrid en un partido sin alardes, aunque bien trabajado. Un partido en el que le hicieron dos penaltis, cosa que ya se había visto muchas veces, pero que el árbitro pitó,  cosa que no es tan habitual. Ninguno fue discutido por los locales.
Tres puntos y a pensar en otra cosa. ¿quizás en ampliar un poco la plantilla en los cuatro días que quedan de mercado?
Apuesto a que no. La temporada se le va a hacer larga a algunos jugadores. Veremos.

lunes, 20 de agosto de 2018

Victoria plácida ante el Getafe en el estreno de la Liga

Por fin  ha comenzado la Liga.

El Real Madrid debutaba en casa contra el Getafe con muchas dudas entre la  afición después del desastre de la Supercopa. Estaba por ver si los jugadores, especialmente los defensas, habían entendido por fin que la temporada ya ha empezado.

Jugaron de inicio los mismos que en Tallinn con dos novedades: Nacho en defensa y Ceballos en el centro del campo. En el banquillo quedaron está vez Varane, probablemente por no estar al cien por cien y Casemiro, que salió tocado de la Supercopa. Tampoco Modric fue titular esta vez.

El Madrid dominó totalmente el partido. Por ejemplo, la primera pelota que tocó el rival fue casi en el minuto 3. Y así todo el rato. En ningún momento se vio inquietado Navas. Los defensas se comportaban como tales y el Getafe no tuvo ningún acercamiento peligroso. En esta tesitura avisó Bale con un tiro que paró espectacularmente Soria y luego nada reseñable hasta el primer gol, que lo marcó Carvajal de cabeza desde el medio del área grande en ausencia de ese delantero goleador que reclama mucha gente sin estar seguros de que haga falta (todavía). El resto de la primera parte siguió de la misma manera sin que el Getafe rascara bola y sin que el Madrid generará demasiado peligro.

La segunda parte fue igual hasta que Asensio le puso ganas para robar una pelota en tres cuartos de campo y centrar hacia atrás para que Bale hiciera fácil un fuerte remate con la izquierda a un balón que se había quedado un poco atrás y que se colaba a pesar de que el portero estaba bien colocado junto al palo izquierdo.

Poco más de interés, si no es que Navas hizo su primera parada en el 91. Victoria plácida en la primera jornada, y algo de tranquilidad durante una semana.

jueves, 16 de agosto de 2018

La Supercopa para el Atlético, gracias a la superdefensa del Madrid

Menos mal que la Supercopa se ha jugado en un campo pequeño y lejano y menos mal que ha sido en Agosto, cuando mucha gente está de vacaciones. Así, a lo mejor, menos gente ha visto el penoso espectáculo que ha dado la defensa del Madrid: Cuatro veces llegó el Atlético con peligro. Cuatro errores defensivos le dejaron en ventaja y cuatro goles nos metieron.
Así no se puede ganar ningún partido. Sea una final o sea un amistoso.

A pesar del gol recibido en el minuto 1 sin que ninguno de los centrales blancos osara parar a Diego Costa (una vez más en los primeros minutos, y van....) el Madrid dominó el partido. Empató con un cabezazo de Benzema y se puso por delante cuando Juanfran decidió acercarse la pelota a la cabeza con un palmeo dentro del área y el árbitro le vio y pitó penalti. Después, allá por el minuto 68, cuando lo fácil hubiera sido seguir dominando el partido sin tirar a puerta y sin que el rival inquietara, como hasta ese momento, Marcelo decidió poner dentro del campo una pelota que se iba para que Juanfran enmendara su error anterior, le metiera un pase a Correa que a su vez centró al área pequeña donde Costa remató a placer. No hubo mucho más y se llegó a la prórroga.

En el tiempo extra, los defensas del Madrid se esmeraron en facilitar el trabajo de los delanteros colchoneros, y lo consiguieron en dos ocasiones. En la primera, Varane prefirió que le quitaran la pelota en la frontal en lugar de despejar y en la segunda, Carvajal perdió la posición dejando que el lateral atlético metiera un centro al área. Gol en ambos casos, y a pensar en otra cosa. Con un solo tiro entre los tres palos durante la media hora de prórroga tampoco es que se hubiera podido remontar, así que todavía habrá que dar gracias porque el Atlético no tiró a puerta más veces, que visto el plan, el resultado podría haber sido peor.

El Madrid domina el juego pero está muy mal en defensa y muy blandito en ataque. Cuesta mucho meter goles y muy poco encajarlos. Malas conclusiones a cuatro días del inicio de la Liga. (Que sí, que hay que tener paciencia y todo eso, pero la primera ha sido en la frente).

Y por cierto, hoy tampoco ha jugado ninguno de los flamantes nuevos fichajes del equipo.

domingo, 12 de agosto de 2018

Campeones otra vez (pero del Trofeo Santiago Bernabéu)

Hoy hemos jugado el primer partido en casa con motivo del Trofeo Santiago Bernabéu a cuatro días del inicio real de la temporada. Este año el invitado ha sido el Milan, rival siempre interesante aunque esté atravesando unos años oscuros.

Más allá del partido en sí, yo tenía curiosidad por un asunto sin importancia: Por ser este el primer partido en casa después de la marcha de Cristiano quería comprobar si el público seguiría poniéndose la camiseta con el 7 y su nombre... Pues bien, la duda se disipó rápidamente: sólo algunos niños, y no muchos, y un par de adultos la llevaban. Dicho esto,  que significa lo que significa, y nada más, vamos con el partido.

Lopetegui nos regaló una alineación inicial que bien podría haber sacado Zidane el año pasado o incluso el anterior: Navas, Carvajal,Varane, Ramos, Marcelo, Casemiro, Kroos, Isco, Asensio, Benzema y Bale. Con pocos cambios, sólo uno quizás, será la que salga contra el Atleti en Estonia. Y si no, al tiempo.

A los cuatro minutos ya habíamos visto todo lo que habíamos ido a ver, y también lo que no queríamos ver. En esos cuatro minutos Bale ya había filtrado un pase al hueco estratosférico, Carvajal ya había centrado al área y Benzema ya había rematado, hoy sí, a gol. También dio tiempo a que Navas hiciera un paradón para, en el tiro siguiente, recibir ese gol que siempre nos marcan. Todo en orden pues.

El resto de la primera parte fue entretenido y si hubiera sido un partido oficial, hasta habría tenido emoción.  Hubo ocasiones para ambos equipos aunque ninguna clarísima hasta el minuto 43 cuando Bale remató  a gol desde el área pequeña un saque de esquina que ningún defensa acertó a despejar. 2-1 al descanso con buenas sensaciones una vez más en esta pretemporada.

La segunda parte siguió por los mismos derroteros, con igualdad pero sin alardes. Quizás más incisivo el Milan que se encontró una y otra vez con un Keylor solvente mientras iban goteando los cambios a medida que pasaban los minutos. En el minuto 30, Lopetegui hizo 7 cambios de golpe y de repente, el Madrid jugó más alegre y con más ritmo. Los últimos minutos fueron de tal dominio que me quedé con las ganas de ver a Lunin en acción, porque no tocó la pelota. Y en el descuento, pase al hueco magistral de Lucas a Luka, remate de éste a bocajarro, paradón de Donnarumma y remate final a placer de Mayoral que sentencia el partido.

3-1 final, con buen juego y con tres goles de delantero centro rematador y de tres autores distintos. Si siguen así, al final no hará falta ese 9 goleador que ansiamos los aficionados y que el Club no ficha, de momento.

Y una última curiosidad, de los 30 convocados no jugaron ni Casilla, ni Raúl de Tomás, ni Ødegaard. Lo siento especialmente por este último, que había demostrado calidad en los pocos minutos que ha jugado en los partidos anteriores de pretemporada.

viernes, 10 de agosto de 2018

Courtois es del Madrid. ¿A quién le importa si es del Madrid?

Courtois es del Madrid. Lo es, en el sentido profesional del término, porque ha fichado por ese equipo. Y se especula sobre si lo es, en el sentido emocional, porque se ha besado el escudo en su presentación no menos de cuatro veces, y porque aparentemente tenía una bandera del Real Madrid en su habitación cuando era pequeño. Y con esta especulación ha empezado el debate sobre si es o no es, y sobre si los aficionados quieren que sea, o que no sea.

Courtois tiene pasado Atlético, y en ese pasado aparecen por ejemplo, como fantasmas, canciones antimadridistas durante una celebración. Los que tienen en mente la bandera de la habitación, o los besos al escudo, se lo perdonan, y casi, casi se lo justifican con el calentón del momento y la euforia de la victoria. Los que no creen en banderas ni besos, le achacan una profunda hipocresía y un cierto punto de cinismo.

Al final, el bueno de Courtois es un profesional que vive de jugar al fútbol en el equipo que mejores condiciones le dé, y a juzgar por las declaraciones del propio portero belga, una de las condiciones que él mismo deseaba para su futuro era jugar en la ciudad de Madrid. Eso reducía las posibilidades a Real Madrid y Atlético de Madrid, puesto que otros equipos de la Capital y aledaños no tienen suficiente dinero para pagarle, y no le pueden ofrecer la posibilidad de jugar en Champions, por ejemplo. Y entre jugar en el Atlético o en el Madrid, supongo que se habrá decidido, no por su afición de cuando era niño, sino porque el Madrid le ha llamado, y el Atlético no. Y si no, se habría quedado en Londres o se hubiera ido a cualquier otro lugar que le pareciera conveniente. Porque para eso es un profesional, y la afición es un tema secundario.

Así, no mentiré si digo que Courtois, hoy, es del Madrid. Y como yo soy del Madrid, por transitividad, hoy soy de Courtois. Como lo soy de Keylor, y de cualquier jugador que sea del Madrid o que haya dejado de serlo sin quererlo él. Y por lo mismo, ya no soy de los que se han ido por voluntad propia, por mucha Historia que hicieran. Ellos, que pongan la profesionalidad y el buen juego, que el amor a los colores ya lo ponemos los madridistas.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Cuando el Madrid corre...

El último partido de pretemporada en Estados Unidos comenzó con retraso a causa de una tormenta que obligó incluso a desalojar el estadio. A esas horas de la madrugada en España ese retraso debió sentar mal a más de uno. A mí,  particularmente.
Para compensar, el Madrid salió con ganas y con velocidad.  Tanta, que antes del segundo minuto Asensio ya había rematado a la red un espectacular centro en profundidad de Bale con el exterior de su pie izquierdo.
Lejos de bajar los brazos la Roma (¿No debería ser "el" Roma, en Español?) se acercó a la portería de Navas, aunque sin peligro.
Los siguientes minutos fueron entretenidos. El Madrid dominaba y corría.  Hacía pases largos que llegaban a su destino y en ocasiones tiraba a puerta. Fue precisamente en una jugada así, en el minuto 15, con un pase largo de Carvajal a Bale como llegó el segundo gol.  Quizás el portero de la Roma podía haber hecho más,  pero no hay que quitar méritos al galés que le batió por bajo cogiéndole a contrapié.
Lo siguió intentando el Madrid, con posesión e intensidad pero con menos fortuna. Ni Benzema, ni Ceballos consiguieron aumentar la ventaja, y se llegó al descanso con el 2-0.

La segunda parte no tuvo demasiada historia, más allá de ver a los nuevos. No jugó mal el Madrid, pero no hubo ni emoción ni ocasiones claras. Sólo un tiro de Vinicius que casi entra por la escuadra y el gol de la Roma en el minuto 82 tras un fallo defensivo en un saque de banda aceleraron un poco el pulso del madridista que aguantara despierto a esa hora. Y no hubo más.

Ya sólo quedaba irse a dormir a la hora de levantarse con la satisfacción de ver que cuando el Madrid corre, y hace correr la pelota, los resultados son positivos.

martes, 7 de agosto de 2018

¡Oye!, que ahora dicen que Modric también quiere irse...

No me gustaría que Modric también se fuera este verano, y de hecho creo que no se va a ir, pero como es el tema de moda, habrá que opinar algo.
Lo de Modric lo veo un poco como si a cualquiera que trabaje le llega el Jefe de su Jefe y le dice:

"Hola, [tu nombre], que sepas que después de verano vamos a remodelar tu departamento, que ha funcionado tan bien estos últimos años. No es un tema de rendimiento o de resultados, porque en eso estamos contentos, pero hay que adaptarse a los tiempos. Como sabes que el Director se ha ido, hemos tenido que tomar algunas decisiones: Lo primero que hemos hecho es invitar a ese tipo "senior" con experiencia a que se vaya. Yo sé que te llevabas muy bien con él, y que trabajábais bien juntos a pesar de sus rarezas de carácter, pero está a punto de jubilarse, y es posible que el año que viene ya no rinda, porque tendrá que ir al médico y esas cosas... por la edad ya sabes. Pero no te preocupes por él, que no somos tan malos. Hemos dado nuestras mejores referencias a la competencia, para que le paguen más de lo que cobraba aquí, así que estará bien. Pero no te dejamos solo. Como posiblemente se vayan algunos más, vamos a traer a unos chavales estupendos. Acaban de terminar los estudios con muy buenas notas, aunque no han trabajado nunca, pero como han sido buenos estudiantes, lo harán bien. Quizás no tan bien como el "senior", pero ya sabes que nadie es imprescindible. Como nuevo Director hemos traído a uno de los profesores de estos chicos. No tiene demasiada experiencia en esto que hacemos, pero él sí ha trabajado en cosas parecidas algún tiempo, y se lleva muy bien con los chavales, que es lo importante, porque harán piña enseguida, que es lo importante.
Dales tiempo, que son nuevos, pero no te olvides que dentro de 15 días tenemos que entregar el proyecto, porque tenemos que ganar la licitación esa de [pon el proyecto que quieras]."

Tú, que estás cómodo en tu trabajo, y que pretendes seguir en él, te quedas pensando en varias cosas:
Que el "senior" al que han invitado a marcharse a la competencia por más sueldo que el que tenía cuando trabajaba contigo tiene tu misma edad, y que el siguiente podrías (y deberías) ser tú. Que te llevabas muy bien con el Director que se fue casi sin dar explicaciones. Que el nuevo Director no tiene más experiencia ni conocimientos que tú mismo. Y que has visto a tantos buenos estudiantes que han fracasado en sus primeros trabajos que no te fías de ellos.

Y además has entendido a la primera que el que queda al frente de este equipo de futuros talentos, al que le van a pedir responsabilidades por los resultados eres tú. Eso es algo que no te asusta, pero valoras las posibilidades de que el trabajo salga bien con los nuevos compañeros que te han traido, y ya no estás tan seguro de que quieras quedarte.

domingo, 5 de agosto de 2018

Dos partes bien distintas para una remontada frente a la Juve

Segundo partido de pretemporada, esta vez contra la Juve en la medianoche del sábado al domingo. El partido podría haber tenido mucho morbo si Ronaldo se hubiera estrenado contra su ex equipo, pero como al final eso no ha sido así, ya sea por acuerdo entre las partes o por casualidad, pues nos hemos quedado con las ganas y el partido no ha pasado de "bolo" veraniego.

Había ganas, por lo menos yo las tenía, de comprobar si lo visto en el partido anterior contra el United tenía algo que ver con el juego que hará el equipo en esta temporada que empezará en diez días.

La primera parte se desarrolló por los mismos derroteros que el partido anterior. Mucha posesión,  mucho pase y mucho dominio pero sin profundidad. El primer tiro a puerta, por llamarlo de forma optimista, no se produjo hasta el minuto 24 y el segundo,  algo mejor,  en el 30.
Mientras tanto, como viene siendo habitual, el Madrid encajó un gol en el primer acercamiento del contrario, esta vez un autogol de Carvajal. Parecía que la primera parte acabaría con el 0-1 cuando Bale, en el 43, sacó un zurdazo a la escuadra que empataba el partido. No hubo más.

La segunda parte comenzó con los  habituales cambios que se tradujeron en más velocidad. El Madrid se dejó de pases horizontales y comenzó a correr. El partido se animó y a los pocos minutos del inicio del segundo tiempo un contraataque iniciado por Ceballos y culminado por Asensio tras combinar por Vinicius culminaba la remontada. Unos minutos después, de nuevo Asensio ponía tierra de por medio marcando el 3-1 que sería definitivo.

El resto del partido no tuvo más historia que el dominio del Madrid y un par de buenas paradas de Lunin que había sustituido a Navas.

Buen resultado por tanto, y primera victoria en pretemporada a pesar de la aburrida primera parte y de la facilidad en encajar goles.

jueves, 2 de agosto de 2018

Sensaciones del primer partido de pretemporada 2018

Con nocturnidad, pero sin alevosía comenzó la pretemporada del Madrid en el Hard Rock Stadium de Miami frente al Manchester United de Mourinho en ese ¿torneo? que se llama International Champions Cup. Un primer partido ante un rival de prestigio para que comiencen a desperezarse primero los teóricos suplentes y descartados, y luego los presuntos titulares.

Ya tenía yo ganas de ver en acción a algunos de los nuevos fichajes y a algún cedido que ha vuelto, al menos de momento, y el nuevo míster me obsequió con la titularidad de Odriozola y Vinicius, entre otros. Se lo agradezco.

La primera parte me llenaba de dudas. Iban pasando lo minutos y no atacábamos. Un remate de medio lado de Benzema, que se fue fuera, y un tiro  de Bale en el minuto 30 que se fue a las nubes fue lo único reseñable en ataque por parte del Madrid, mientras que enfrente el Manchester, sin hacer nada del otro mundo, se presentaba dos veces delante de la portería de Casilla y metía dos goles. Hasta el minuto 40, la visión era aterradora: El Madrid dominando la posesión, con mucho movimiento de balón, sin profundidad y con sólo dos tiros a puerta. El rival, dos goles de dos tiros, cien por cien de efectividad. La sombra de la actuación de la selección Española en el Mundial de Rusia planeaba sobre las cabezas de los más de sesenta mil espectadores que habían acudido al estadio, más los miles que estuvieran viéndolo en televisión. Al final, en el último suspiro de la primera parte, Benzema ejerció de 9 y se adelantó a dos defensas para rematar en el centro del área pequeña un centro de Theo Hernández (¿No se iba cedido a la Real?) ante un De Gea en su pose habitual con una pierna estirada a un lado y la otra flexionada en ángulo recto al otro. 2-1 al descanso y la sensación de haber dominado la posesión para no haber hecho nada al final.

En la segunda parte se produjeron los habituales cambios en masa, y pareció como si el equipo se quitara de encima la pesada losa del juego horizontal. Comenzó a haber velocidad, pases largos y verticalidad. Mucha más rapidez que unido a que siguió dominando la pelota, hizo que el partido fuera mucho más divertido. Varios jugadores se animaron a tirar a puerta desde lejos, y aunque no por mucho, todos los tiros se fueron fuera. Al final mucho dominio y poca efectividad de cara al gol. En los últimos diez minutos entraron algunos pesos más pesados como Asensio, Isco o Nacho, y se notó que le ponían algo mas de calidad al empeño que había mostrado el equipo durante toda la segunda parte, pero el gol del empate siguió sin llegar y el partido terminó con el mismo resultado del descanso, pero con bastante mejores sensaciones que en la primera parte.

¿Y los nuevos y cedidos recuperados, qué?

Vinicius dejó un par de bicicletas y algún regate que demuestran su calidad. También se vieron un par de arrancadas con peligro de Odriozola en los minutos que estuvo en el campo. Buen comienzo teniendo en cuenta que sólo llevan unos días entrenando con el equipo. Odegaard dejó también algunas muestras de su calidad, incluido un buen tiro de falta directa que despejó De Gea, aunque estuvo poco tiempo en el campo (entró en el 46 y salió en el 77). Sorpresa agradable fue la de Fede Valverde, que cuajó una muy buena actuación, y a Lunin no se le vio, porque en toda la segunda parte el ManU no tiró a puerta.

En resumen, buenas impresiones en el inicio de esta pretemporada, a pesar de haber empezado perdiendo.

lunes, 23 de julio de 2018

Los fichajes del Madrid no ilusionan

Hace cuatro días se presentó oficialmente el fichaje de Odriozola. Ayer, como quien dice, se presentó Vinicius Jr. en el Bernabéu, y hoy ha sido presentado Lunin. Tres jugadores jóvenes con un futuro muy prometedor.

La memoria es muy corta, desgraciadamente y lo que cuenta es el pasado inmediato. En ese sentido, a ninguno de los tres lo hemos visto hacer maravillas en el Mundial. Sea porque no han ido, o porque aunque fueron, no han jugado, no hemos visto ni las carreras por la banda de Odriozola, ni la habilidad de Vinicius ni los paradones de Lunin. Eso no debería ser demasiado importante, porque la dirección deportiva del Madrid sí que conoce a los jugadores, y sí que ha emitido sus informes. Vamos, digo yo. Pero la realidad es que lo mismo que un buen Mundial hace subir a algunos jugadores, a los que lo hacen malo los devalúa, y a los que no lo hacen, los hace pasar desapercibidos (para el común de los mortales, se entiende).

Existe la posibilidad de que en seis meses, cuando la temporada esté ya mediada, no nos acordemos de los que se han ido, ni de los que no han llegado. Puede ocurrir que estos tres, y alguno más que venga de aquí al final del mercado de verano, den un resultado tan bueno, nos den tantas alegrías, que tengamos que pensar en por qué no los habíamos fichado antes. Claro que también puede pasar lo contrario, y que sus habilidades y cualidades futbolísticas se diluyan como un azucarillo en agua templada.

Y es precisamente porque no se sabe si saldrán bien o mal, porque no son de los denominados jugadores "top", y porque se acaba de ir un jugador que era más que un jugador, por lo que surge la intranquilidad. Y en esas condiciones, los fichajes no ilusionan. Tampoco se entiende muy bien que la política oficial siempre haya sido que en el Madrid debían jugar los mejores, y ahora, desde hace un par de años, sin aviso previo, se pase a una política de que en el Madrid deben jugar los que más prometen, sin ser necesariamente los mejores.

No digo que el cambio de política no sea acertado. Puede ser que sea la consecuencia natural de que no se pueda competir con otros clubes "dopados" con capital oriental próximo o lejano. En cualquier caso, creo que esta nueva política sólo dará frutos dentro de unos años. Hasta entonces, hasta saber si los actuales directivos lo han hecho bien o no, esperemos que la transición se nos haga corta, aunque va a ser dura. Nos va a hacer falta mucha paciencia, y ya se sabe que tenemos poca.

De momento, y a día de hoy, los fichajes del Madrid no ilusionan.

viernes, 13 de julio de 2018

Mi primer (y espero que último) comentario sobre la salida de Cristiano Ronaldo del Madrid

Han pasado 72 horas desde que se hizo oficial la salida del mejor jugador que ha tenido el Real Madrid en los últimos 50 años. Visto con un poco de perspectiva, y a la vista de los bandazos que da la opinión pública guiada por la prensa acerca de este hecho, parece que las cosas, lejos de aclararse, se están embarullando cada vez más, vayan a saber por qué razones.

El día de autos, las cartas oficiales de despedida sólo indicaban que era Ronaldo el que había pedido irse. Decía el portugués que era el momento de un cambio en su carrera. Todos los veranos anunciaba que se iba, que quería cambiar, y no se iba, porque, no nos engañemos, en lo deportivo, lo mejor que podía hacer era quedarse en el Madrid. Los resultados recientes así lo han ido avalando después. Para contrarrestar esos resultados, corrió como la pólvora la idea de que el Madrid había aceptado porque con su edad (33 para 34) iba a comenzar su declive, y no era plan de ver a la megaestrella reducida a arrastrarse por el césped. Así, de la noche a la mañana. Y yo me pregunto, ¿por qué no se le aplica esa "eutanasia contractual" también a Modric, que es sólo seis meses más joven que Cristiano?

Como el tema de la edad nos llevaba a cuestionarnos la continuidad de otros jugadores que en ningún caso nadie se plantea vender, había que buscar otro motivo. Se acudió entonces a algo más sentimental, como el hecho de que Cristiano se sentía molesto con la afición del Madrid, porque "le pitaba constantemente". Ese concepto, el de que a Cristiano se le pitaba constantemente es símplemente falso. Es una mentira que por antimadridistas motivos ha calado en aquellos que leen (y creen) a los periodistas. A Cristiano no se le ha pitado "constantemente". Ni siquiera se le ha pitado "regularmente". Es más, tampoco se le ha pitado "muchas veces". Cualquiera que haya estado en el Bernabéu en estas últimas temporadas sin un pinganillo en el oído para que le digan lo que está viendo, sabe que a Cristiano se le ha aplaudido de forma generalizada y su grito "siiiiuuuuuu" se ha gritado en el momento en el que el "speaker" anunciaba su nombre (siempre el último de los titulares) y en cada gol que marcaba.

Así, la falta de cariño tampoco parece un argumento muy cierto. Vamos pues a por el tercero. A día de hoy, la versión oficial parece apuntar a que Ronaldo es el único responsable de su salida (a pachas con su representante Mendes, eso sí), y que ésta se ha producido sólo por intereses económicos. Nada más que por el vil metal. Ni falta de cariño, ni declive, ni cambio en su carrera deportiva, ni gaitas. Sólo por la pasta. Ese es un concepto fácil de entender. Esta vez, al contrario que con Ramos la temporada pasada, se ha decidido que este jugador no está por encima del Real Madrid, y que por lo tanto no es necesario negociar sus pretensiones económicas. Al fin y al cabo Cristiano es un ególatra narcisista y no sé cuántas cosas más.

Así, con todo, la conclusión que se saca es que nadie sabe todas las razones de por qué se ha ido (la pasta, la falta de cariño, el egoísmo desmedido, la edad, el declive, las exigencias con Hacienda....) Lo único evidente es que se ha ido porque el Real Madrid le ha dejado irse, rebajando su cláusula de mil millones a "sólo" cien. Y se entiende que cuando se dice "el Real Madrid" se debe entender que se trata de "los que negocian en nombre del Real Madrid". Y se le ha dejado ir, dejando a los aficionados la desasosegadora sensación de que no hay un plan de contingencia ante la salida del que ha sido, en los últimos cincuenta años, el mejor jugador que ha tenido el Club.

Dentro de unos meses, se verá cómo nos ha salido la jugada. Si el Madrid gana partidos sin Cristiano, y en la Juve éste no se come una rosca, muy bien. Si el Madrid gana pero en la Juve triunfa y nos supone un quebradero de cabeza en Champions, bien. Si el Madrid no gana, pero en la Juve no triunfa, mal. Y si el Madrid no gana, y además triunfa en la Juve al nivel que tenía cuando jugaba en el Madrid, muy mal.