Allá por mayo de 2013, el Madrid no tenía entrenador. Se acababa de prescindir de los servicios de José Mourinho, un tipo que no dejaba indiferente a nadie, y que hoy es amado y odiado a partes iguales. En ese momento, es decir, hace justo 8 años, Florentino Pérez dijo que le gustaría que Zidane fuera el líder de su proyecto deportivo. Si sorprendente era que alguien que no había entrenado nunca a ningún equipo puntero fuera a dirigir los destinos deportivos del mejor club de la historia del fútbol, no menos sorprendente fue que tan solo unas semas después de las declaraciones del presidente, el que iba a ser el líder quedaba a la sombra de uno con más historial que él: En julio de ese mismo año, el Madrid fichaba a Carlo Ancelotti como entrenador.
El caso es que Ancelotti no lo hizo mal del todo, y esa temporada se ganó la Décima, y continuó siendo nuestro entrenador hasta que fue despedido al final de la temporada siguiente, porque, de nuevo en palabras de Florentino Pérez, "la exigencia en el Madrid es máxima", y no se habían cumplido las expectativas. Hasta ahí, todo normal: Ganas, te quedas; pierdes, te vas. Y además, te vas con toda tu gente. Es decir, que el que iba a ser el líder del proyecto deportivo también se fue.
Después de Ancelotti, vino Benítez, que no cuajó por razones que no vienen aquí al caso, y entonces volvió Zidane. No tenía mucha más experiencia que cuando se fue, porque sólo habían pasado unos meses, y parecía más un parche temporal que un entrenador que fuera a durar, pero mira tú por dónde, se acabaron ganando tres (sí, tres) Champions seguidas. y algún título más, y el parche se convirtió en lo que estaba destinado a ser: el líder del proyecto deportivo. Con eso se llegó al final de la temporada 2017/2018 y en medio de la celebración por la Decimotercera, en Kiev, se va todo al cuerno cuando Cristiano (del que ya dije que no volvería a escribir aquí) deja entrever que se va, y al poco de ser traspasado a la Juve, Zidane, el referente deportivo, el guía espiritual, y el ojo derecho y la pupila del izquierdo del presidente, también da la espantada.
El Madrid va dando algunos tumbos sin encontrar quien guíe la nave, y van cayendo Lopetegui y Solari sin resultados. Entonces, en uno de esos movimientos desconcertantes, el presidente convence a Zidane para que vuelva. Y se gana la Liga. Y al año siguiente, es decir, la temporada que acaba de terminar, no se gana nada, en parte por algunos petardazos sonados en algunos partidos supuestamente fáciles y en parte por la vergonzosa actuación arbitral general en contra del Madrid. A eso se sumaron las amenazas de la UEFA tras el anuncio de la Superliga.
Y ahora Zidane que ahora ha ganado de todo, y es un tipo al que la afición ama y odia a partes iguales, dice que se va... y el Madrid se queda sin entrenador, como hace ocho años, y al igual que entonces, ahora vuelve Ancelotti.
Yo esta peli ya la he visto. El secreto está en quien será el segundo de Carletto. Ahí está la cuestión. Necesitamos a alguien de la casa, que no haya entrenado a ningún grande, y en quien el presidente confíe para convertirlo en líder del proyecto deportivo, para que esta película tenga un final, en cuanto a títulos, al menos igual que la anterior.
Pero no sigo, que no quiero hacer spoiler.