Han pasado 72 horas desde que se hizo oficial la salida del mejor jugador que ha tenido el Real Madrid en los últimos 50 años. Visto con un poco de perspectiva, y a la vista de los bandazos que da la opinión pública guiada por la prensa acerca de este hecho, parece que las cosas, lejos de aclararse, se están embarullando cada vez más, vayan a saber por qué razones.
El día de autos, las cartas oficiales de despedida sólo indicaban que era Ronaldo el que había pedido irse. Decía el portugués que era el momento de un cambio en su carrera. Todos los veranos anunciaba que se iba, que quería cambiar, y no se iba, porque, no nos engañemos, en lo deportivo, lo mejor que podía hacer era quedarse en el Madrid. Los resultados recientes así lo han ido avalando después. Para contrarrestar esos resultados, corrió como la pólvora la idea de que el Madrid había aceptado porque con su edad (33 para 34) iba a comenzar su declive, y no era plan de ver a la megaestrella reducida a arrastrarse por el césped. Así, de la noche a la mañana. Y yo me pregunto, ¿por qué no se le aplica esa "eutanasia contractual" también a Modric, que es sólo seis meses más joven que Cristiano?
Como el tema de la edad nos llevaba a cuestionarnos la continuidad de otros jugadores que en ningún caso nadie se plantea vender, había que buscar otro motivo. Se acudió entonces a algo más sentimental, como el hecho de que Cristiano se sentía molesto con la afición del Madrid, porque "le pitaba constantemente". Ese concepto, el de que a Cristiano se le pitaba constantemente es símplemente falso. Es una mentira que por antimadridistas motivos ha calado en aquellos que leen (y creen) a los periodistas. A Cristiano no se le ha pitado "constantemente". Ni siquiera se le ha pitado "regularmente". Es más, tampoco se le ha pitado "muchas veces". Cualquiera que haya estado en el Bernabéu en estas últimas temporadas sin un pinganillo en el oído para que le digan lo que está viendo, sabe que a Cristiano se le ha aplaudido de forma generalizada y su grito "siiiiuuuuuu" se ha gritado en el momento en el que el "speaker" anunciaba su nombre (siempre el último de los titulares) y en cada gol que marcaba.
Así, la falta de cariño tampoco parece un argumento muy cierto. Vamos pues a por el tercero. A día de hoy, la versión oficial parece apuntar a que Ronaldo es el único responsable de su salida (a pachas con su representante Mendes, eso sí), y que ésta se ha producido sólo por intereses económicos. Nada más que por el vil metal. Ni falta de cariño, ni declive, ni cambio en su carrera deportiva, ni gaitas. Sólo por la pasta. Ese es un concepto fácil de entender. Esta vez, al contrario que con Ramos la temporada pasada, se ha decidido que este jugador no está por encima del Real Madrid, y que por lo tanto no es necesario negociar sus pretensiones económicas. Al fin y al cabo Cristiano es un ególatra narcisista y no sé cuántas cosas más.
Así, con todo, la conclusión que se saca es que nadie sabe todas las razones de por qué se ha ido (la pasta, la falta de cariño, el egoísmo desmedido, la edad, el declive, las exigencias con Hacienda....) Lo único evidente es que se ha ido porque el Real Madrid le ha dejado irse, rebajando su cláusula de mil millones a "sólo" cien. Y se entiende que cuando se dice "el Real Madrid" se debe entender que se trata de "los que negocian en nombre del Real Madrid". Y se le ha dejado ir, dejando a los aficionados la desasosegadora sensación de que no hay un plan de contingencia ante la salida del que ha sido, en los últimos cincuenta años, el mejor jugador que ha tenido el Club.
Dentro de unos meses, se verá cómo nos ha salido la jugada. Si el Madrid gana partidos sin Cristiano, y en la Juve éste no se come una rosca, muy bien. Si el Madrid gana pero en la Juve triunfa y nos supone un quebradero de cabeza en Champions, bien. Si el Madrid no gana, pero en la Juve no triunfa, mal. Y si el Madrid no gana, y además triunfa en la Juve al nivel que tenía cuando jugaba en el Madrid, muy mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario