lunes, 5 de noviembre de 2018

¿Ultimátum de Solari?

Desde tiempos inmemoriales se sabe que si haces siempre lo mismo obtienes siempre el mismo resultado. Solari, nuestro ¿flamante? nuevo entrenador sacó frente al Valladolid a los mismos jugadores que sacaba el cesado Lopetegui, excepción hecha de Reguilón que entró por necesidades del guión para cubrir la baja por lesión de Marcelo, por lo que era verosímil que el resultado fuera parecido al habitual en los últimos tiempos: un desastre.
Ante este panorama, algunos espectadores, pocos, comenzaron a pitar al equipo en general, y a algunos jugadores en particular ya desde el inicio. En especial a Sergio Ramos. Hasta la "grada de animación", tan vestidos de blanco y educados ellos, como siempre, interrumpieron su banda sonora habitual durante algunos minutos y sacaron una gran pancarta en la que se podía leer "Por este escudo hay que morir en las gradas y en el campo", con la palabra "campo" escrita en otro color, para que se vea. 

El público parece que ha comenzado a hablar, y a culpar de la mala marcha del equipo a los jugadores. Se veía venir, aunque parece que Solari no se dio cuenta antes del partido.
Pasó lo que tenía que pasar.  El Madrid no jugaba a nada y sobaba el balón sin peligro. Afortunadamente el Valladolid tampoco parecía que quisiera ganar y eso unido al larguero que esta vez se alió con los nuestros evitó que los pucelanos se pusieran cómodamente por delante. Ante tanta inoperancia el público comenzó a pitar al equipo más si cabe, con una intensidad que yo no recordaba desde hace mucho tiempo.
Y Solari despertó, o eso parecía y comenzó a hacer cambios: se fue Casemiro (pitos) y entró Isco. Ningún resultado práctico. Se fue Bale (muchos pitos) y entró Lucas Vázquez. De nuevo nada. Y por fin, en el 70, se fue Asensio (enorme pitada) y entró Vinicius el deseado. Y se vio algo de luz. Se ve que al brasileño no le han explicado lo del sobeteo del balón, o si se lo han explicado, no ha hecho ni caso, afortunadamente. El caso es que el balón comenzó a correr más que los jugadores y el juego comenzó a fluir por las bandas, especialmente por la izquierda.
Hubo todavía que esperar al minuto 83 para abrir la lata, precisamente en un centro de Vinicius que rebotó en un jugador rival y se metió. Gol que por megafonía asignaron a Vinicius, más que nada por las gamas que tenían todos de que marcara él, aunque oficialmente haya sido gol en propia puerta del defensa. Da igual. Y después delgol, quedó tiempo para que Vil Manzano señalara un penalti a favor (¡noticia!) que Sergio Ramos se empeñó en tirar. Fue pitado por parte del público, pero como lo metió los pitos se volvieron palmas.
Al final victoria a pesar de la alineación inicial y de la incomprensible espera de 70 minutos para que Solari hiciera algo nuevo que diera mínimas posibilidades de  obtener un resultado diferente al de los últimos tiempos.
Quiero pensar que Solari sacó a los mismos jugadores de siempre para darles la última opción de demostrar que ellos no eran culpables de la crisis de resultados. Quiero creer que, en vista de los primeros 70 minutos, ya no habrá más opciones y que cambiará algo en los próximos partidos.
Ahora vienen cuatro partidos seguidos fuera de casa. ¿cambiará Solari algo o será otra marioneta de las vedettes del banquillo?
Veremos.

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