No dejo de darle vueltas a la situación tras el parón de tres meses:
- El calendario favorece indiscutiblemente a la Farsa, tanto por jugar casi siempre antes, como por tener más descanso que el Madrid.
- Los medios de comunicación siguen haciéndose eco de todas las quejas de la Farsa, obviando que lo pitado "era" y lo no pitado "no era", y ocultan cualquier cosa en la que hayan sido descaradamente favorecidos, como los pisotones del chiquitín, por ejemplo.
- El Madrid, como institución, sigue sin hacer nada, aguantando las críticas, las calumnias y las mentiras, como siempre.
- Los campos ahora, están vacíos. Todos. En un artículo publicado en La Galerna se sugiere que los estadios vacíos no presionan al árbitro y que la ausencia de una turba vociferante tranquiliza al trencilla en la toma de decisiones. Pero yo no creo que décadas de saldo arbitral favorable a la Farsa se deban únicamente a que en Valencia, en Bilbao, en la Wanda o en Barcelona el público grite mucho. Si esa fuera la razón, en el Bernabéu siempre se pitaría con justicia, puesto que dice la leyenda que ese público pasa los partidos en completo silencio. Como tampoco era el caso, habrá que poner en duda la justificación.
- Los jugadores de los equipos son los mismos, así que las injusticias en contra del Madrid no se pueden deber a que los árbitros tengan "algo personal" contra sus jugadores.
- Los altos dirigentes de la Federación y LaLiga son los mismos que antes, y todo funciona igual, pero sorprendentemente, en los últimos 7 partidos todavía no nos han pitado ni Hernández al Cuadrado, ni De Burgos.
Definitivamente algo ha cambiado. Siete jornadas son muchas jornadas como para que todo sea casualidad. Ahora los árbitros pitan con justicia, cuando antes pitaban descaradamente a favor de la Farsa. Los que antes eran proveedores de servicios arbitrales del que dice ser más que un club ahora "pasan" de su mejor cliente.
Yo me pregunto por qué. ¿Qué provoca que un proveedor deje de suministrar a un cliente?
Está claro que los tres meses de parón han supuesto una hecatombe económica, especialmente para los que tenían una situación económica previa delicadilla.
Y cuando no tienes dinero, no puedes afrontar los pagos a tus proveedores.
Quiero pensar que esa no es la razón, pero, ¿y si lo fuera?